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domingo, 27 de octubre de 2013

LUGAR DE TRABAJO

Mobiliario ergonómico  
ESCRITORIO:
Un buen escritorio  de trabajo debe facilitar el desarrollo adecuado de la tarea; por ello, a la hora de elegir un escritorio  para trabajos de oficina, deberemos exigir que cumpla los siguientes requisitos
  • Si la altura es fija, ésta será de aproximadamente 70 cm. En este caso, es fundamental que la silla sea regulable, o se debe usar un apoyapiés para aquellos que lo precisen (es aconsejable que éste sea de material antideslizante)
  • Si la altura es regulable, la amplitud de regulación estará entre 68 y 70 cm
  • La superficie mínima será de 120 cm de ancho y 80 cm de largo.
  • El espesor no debe ser mayor de 3 cm. Permitirá la colocación y los cambios de posición de las piernas.
  • La superficie superior no sólo debe ser lisa sino tiene que ser de un color que permita descansar la vista y no genere efectos psicológicos negativos
  • Además esta no tiene que reflejar la luz proveniente de cualquier fuente, por lo cual debe ser mate. Esto permitirá eliminar reflejos, deslumbramientos y otros efectos que producen el cansancio de la vista por esfuerzo
  • Otro punto a tener en cuenta es la terminación del contorno, este tiene que ser bien redondeado, para evitar que al apoyar los brazos, marque la zona de contacto y cierre la circulación de la sangre a las manos.

Figura 2.2. Escritório ergonómico

EL PORTA DOCUMENTOS O ATRIL:
Cuando se necesita trabajar de manera habitual con documentos impresos, se recomienda la utilización de un atril. Las características que debe reunir son las siguientes:
        Ser ajustable en altura e inclinación en distancia
·      El soporte donde descansa el documento debe ser opaco y con una superficie de baja reflectancia.
·      Tener resistencia suficiente para soportar el peso de los documentos sin oscilaciones.

Figura 2.3. Porta documentos

SILLA:
El asiento de trabajo deberá ser estable, proporcionando al usuario libertad de movimiento y procurándole una postura confortable.
La concepción ergonómica de una silla para trabajo de oficina ha de satisfacer una serie de datos y características de diseño:
Altura del asiento: silla de descanso, de 38 a 45 cm; silla de trabajo, de 43 a 50cm.
La altura del asiento se ajusta correctamente cuando los muslos del individuo que se sienta están horizontales y la parte inferior de la piernas esta vertical y los pies descansan de manera plana en el piso, los lados suaves de debajo de los muslos no son adecuados para una comprensión sostenida, la presión del lado frontal del asiento puede volverse incomoda. Por ello, el caso limitante para la altura del asiento es el de una persona con piernas cortas que no podría descansar sus pies en el suelo, si la distancia entre el asiento y el piso fuera más alta que el largo de sus piernas.
La altura de una silla de descanso permite que la piernas se estiren bien hacia afuera, esta una de las posturas de descanso preferidas para los pies, además de que ayuda a estabilizar el cuerpo; sin embargo, en una silla de trabajo, el individuo que se sienta probablemente tiene que estar en una posición más derecha con los pies planos sobre el piso.
Si la silla necesita ser más alta que las dimensiones recomendadas (tal vez debido a una maquina muy alta o un banco alto de trabajo), se recomienda también una recargadera para los pies que se ajustable.
Ancho del asiento: de 43 a 45 cm.
La dimensión apropiada es el ancho de la cadera y como existe una diferencia principal de sexo en esta dimensión, en caso límite debería ser el rango superior del ancho de una mujer que se sienta.
Profundidad del asiento: silla de descanso, de 40 a 43 cm; silla de trabajo de 35 a 40 cm.
Si el asiento es más profundo que el tamaño de los muslos de la persona más baja en el lado frontal del asiento los restringe, de tal modo que su área lumbar deberá curvarse para poder alcanzar el respaldo; además, las áreas sensibles a la presión de la parte posterior de la rodilla se sentirán presionadas contra el asiento. Si la altura del asiento es la adecuada y los pies pueden descansar planos sobre el piso, habrá pocas posibilidades de que ocurra fatiga de comprensión en los muslos.
Angulo del asiento: silla de descanso, de 19 a 20 grados; silla de trabajo, menos de 3 grados.
Esto se refiere al ángulo de la superficie del asiento con el plano horizontal, pues una superficie de asiento inclinada hacia atrás produce dos efectos
  • Debido a la fuerza de gravedad, la espalda del que se sienta se mueve hacia el respaldo de tal manera que se reduce la carga estática de los músculos de la espalda
  • La ligera inclinación de la superficie del asiento, que ocurre después de dos periodos prolongados, lo cual observaron Branton y Grayson (1967). En una silla de descanso, el individuo desea relajarse, cuya posición de máximo relajamiento, por supuesto, es llegar a estar horizontal, y un asiento hacia atrás inclinado ayuda a lograrlo.
Una silla inclinada hacia atrás obligaría al trabajador a curvarse hacia adelante y curvaría su espina dorsal de manera innecesaria.
Mandal (1976) ha llevado más lejos sus argumentos en cuanto a esto y dice que, como la mayoría del trabajo se realiza en una postura de inclinación hacia adelante, sería más apropiado un asiento con un ángulo inclinado hacia adelante. Dicho investigador sugiere que un asiento de trabajo con respaldos recargados hacia atrás, aun de 5 grados, solo causaría un enderezamiento del área lumbar y, por lo tanto, incomodidad.
Sus resultados indican menos alargamiento de los músculos y más distribución de presión cuando se usan las superficies de asiento inclinadas hacia adelante (15 grados) que cuando los asientos están inclinados hacia atrás; sin embargo, la sugerencia de que las sillas de trabajo deben ser inclinadas hacia adelante ha de tratarse con cierta precaución, pues esto tendría a desestabilizarse el cuerpo en incrementar la tendencia a resbalarse hacia adelante, además la ventajas de apoyo del respaldo serian menos evidentes. Por tanto, otros músculos podrían sobrecargarse para comprensar la carga reducida de los músculos dorsales.
Altura y ancho del respaldo: de 48 a 63 cm de alto; de 35 a 48 cm de ancho.
Las alturas y dimensiones propuestas para el respaldo se relacionan simplemente con la distancia desde el hombro hasta la parte inferior del glúteo (altura) y de hombro a hombro por el ancho. Sin embargo, como fue evidente, las dimensiones lineales del respaldo son solo una parte de la cuestión, (es decir, que no sea fatigante), la forma y el ángulo del respaldo son muy importantes; además, como la curvatura de la columna varia grandemente de una persona a otra, surge una relación compleja entre alturas y formas.
Se requeriría un espacio de por lo menos 12.5 a 20 cm para acomodar los glúteos de esta manera. Por último, un respaldo alto quizá ayude a prevenir la movilidad total de los brazos y de los hombros para ciertas tareas, por ejemplo, escribir a máquina.
Ángulos del respaldo: de 103 a 112 grados.
Al igual que una superficie de asiento en ángulo, el ángulo del respaldo a la superficie del asiento sirve a dos propósitos: a) impide que el ocupante resbale hacia adelante, y b) hace que se recargue sobre el respaldo y encuentre apoyo para las regiones sacra y lumbar.
Jones (1969) estudio la postura y los sentimientos de comodidad en un asiento de automóvil altamente ajustable para muchas posiciones diferentes. De sus datos, Jones ha sugerido un ángulo de 108 grados para el respaldo.
Altura del descanso para el brazo: silla de descanso, de 21 a 22 cm arriba del asiento comprimido.
La función principal del descanso para el trazo es que este se apoye cómodamente para poder colocar el cuerpo en una posición estable. Los descansos para el brazo pueden también ser útiles para ayudar a cambiar de posición o para levantarse de la silla; sin embargo, cabe recordar que los descansos para los brazos pueden limitar el movimiento de estos y de los hombros, si son incorporados a una silla de trabajo.

Acojinado y tapizado.

La importancia del acojinado la demostraron Branton y Grayson (1967) en un estudio observacional de individuos sentados en dos tipos de asiento.
El acolchonado tiene dos funciones importantes
  • Ayuda a distribuir las presiones sobre las tuberosidades isquiatricas y sobre los glúteos, causadas por el peso de la persona que se sienta (como ya se vio, si no se alivia, esta presión puede causar incomodidad y fatiga).
  • Permite al cuerpo adoptar una postura estable.
Kroemer y Robinette (1968) están de acuerdo con el punto de vista de Branton y también señalan que debe tenerse precaución con los tapizados muy suaves que permiten a los glúteos y los muslos hundirse profundamente en el acolchonado. Además, el cuerpo suele “flotar” en la tapicería suave, causando una vez más que se estabilice la postura por medio de la contracción muscular.
Respecto al forro (tapiz) del asiento, los aspectos importantes son la habilidad para disparar el calor y la humedad generada por el cuerpo sentado (que, a su vez, se relacionara con el medio ambiente en el que el individuo está sentado), y su habilidad para resistir el movimiento de resbalar hacia adelante, que es natural al cabo de cierto tiempo.


Figura 2.4 Silla ergonómica  

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